jueves, 28 de enero de 2010

¿Qué le pasa Don Jacobo?

Qué le pasa Don Jacobo?

¿Por qué la guerra? El ataque, la aversión, la campaña negativa a través de la cadena radiofónica donde trabaja o su artículo periodístico semanal.


Discúlpeme señor Zabludovsky pero ya nos da qué pensar tanta saliva que ha gastado. Hasta nos llegamos a imaginar que “hay gato encerrado”


Dice usted (yo lo oí) que el proyecto del tranvía “no es proyecto, es un negocio” Sí Don Jacobo, claro que es un negocio de cuánto le gusta, ¿de los catorce mil millones que usted dijo? ¿Qué usted no vive haciendo negocios? Esa inversión para restablecer el tranvía en la ciudad de México, será sin duda un gran aporte para el crecimiento de la economía del Distrito Federal.


Pero, dejemos la economía porque la ecología es aun más importante.


Cómo se nota que usted no disfrutó de los tranvías amarillos a Xochimilco, a Tlalpan, a Coyoacán o simplemente recorrer en el “Obregón” la Av. Alvaro Obregón después de cruzar la Av. Cuauhtémoc o para hablar de sus rumbos ¿Se acuerda de la vueltecita en Mariana R. del Toro Lazarín? O la ida a Atzcapotzalco o La Villa? ¿O la vueltecita al “reloj chino”? Poco supo de ese disfrute porque ya usted andaba en coche por la ciudad con su cuate Miguelito. ¡De lo que se perdió!


¡Ya pare su tren Don Jacobo! De todas formas el tranvía entrará, por lo pronto al primer cuadro de esta bella ciudad que tanto deterioró el mafioso Hank.


“Que van a abrir en canal la ciudad”, dice un baboso asambleísta, según él, defendiendo el centro histórico.


Ese centro histórico se limpiará un poco en su atmósfera y lucirá (ya sin coches) en toda su esplendorosa belleza, desde la ventanilla de un tradicional tranvía.


Sólo van a faltar los “caldos de Indianilla”


Como no los quiero enfadar, mejor nos vemos en la Revista Mensual Dzunum de enero de 2010.


Dzunum

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