El Armatoste
Fiesta del bicentenarioEn México, D.F.
¿Quién dijo que no hay nada que festejar?, nada que festejar en el bicentenario de la independencia de México. Bueno, los que así piensan son personas sensatas y dignos mexicanos a los que con orgullo nos sumamos.
Pero ¿qué es un festejo de conmemoración de la independencia?
¿La ceremonia del grito con un grito que no fue el de Don Miguel Hidalgo y Costilla?
¿Fuegos artificiales? (pirotécnicos)
¿Francotiradores escudriñando la muchedumbre?
¿Recuerdo de granadas asesinas en Morelia?
¿Cascadas de alcohol, pozole, tostadas de pata y verdura con amibas?
¿Un desfile militar con lanza cohetes?
¿Un disfraz del “tío cosa” para pasar desapercibido en los pantanos?
¿Miles y miles de hombres y mujeres del ejército y la marina desfilando muy parejitos?
¿La erección de un armatoste de plástico de veinte metros de longitud con forma humana y cara que denuncia la pésima calidad del “escultor”?
¿Hermosos alebrijes gigantescos y disfraces de nopal?
¿Artesanías, música, danzas y trajes regionales?
¿Vistosos carros alegóricos?
¿Esqueletos gigantescos, la fiesta de los muertos?
No sé si llamarle festejo a la reunión en palacio nacional (para dar el grito) de tres personajes odiados por el pueblo de México que se dejaron ver para demostrar la veracidad de aquello que reza:
“Dios los cría y ellos se juntan”
Por fortuna otros tres de estos aborrecidos individuos que aun viven, tuvieron un “mendrugo” de vergüenza y no se presentaron no obstante que también fueron invitados a la fiesta. Tal vez pensaron como nosotros “que no hay nada que festejar”
Los comentarios (a mi juicio) salen sobrando.
Dzunum
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